viernes, 19 de septiembre de 2008

Hot dog

Yo tuve dos perros en mi vida: Pancho y Hooker. Si, hooker, como puta en ingles, lo se, lo se. Intente explicarle a mi papa lo que queria decir, pero se empecino en llamarlo asi, ya que el habia jugado muchos años al rugby y su posicion era de "hooker", pero igual, no da. En fin, la cosa es que eran Pancho y Hooker, y cada uno tenia lo suyo. El primero era un perrito callejero, y como todos los perros callejeros, era feito pero tenia esa mirada melancolica de criatura maltratada por la vida pero con corazon de melon, que lo queres igual. Aparte, como dice todo el mundo, "los perros de la calle son muy inteligentes". O sea, la inteligencia de Pancho pasaba por encontrar siempre algun agujero en la reja o la pared para poder escaparse, vagabundear por el barrio con sus otros amigos callejeros, dejar embarazada a alguna perra por ahi, agarrarse a trompadas con la otra banda del barrio, y volver todo sucio, ensangrentado y feliz, y quedarse esperando hasta que le abramos de vuelta e intentemos tapar el agujero por donde salio. Siempre sin exito, por supuesto. Que en paz desacnse, Panchito.

Hooker era otra historia. Perro de raza, grandulon, peludon y boludon. Su destreza consistia en meter su hocico bajo las polleras de las amigas de mi mama, para dejarles las entrepiernas todas babosas y embarradas, creando situaciones en las que todos se reian, les daba vergüenza, se ponian colorados, mi mama se hacia la que lo reprendia, le pegaba un zopeton y lo mandaba a la cocina. Otras de sus habilidades: mear dentro de la casa y durante los paseos tirar de la correa como un desaforado y siempre creerse que hay gatos debajo de los autos por lo que se podia quedar 10 minutos pegado al piso esperando hasta que salga. Un genio Hooker.

La cosa es que tanto Hooker como Pancho no sobrevivirian en Holanda. O mejor dicho, Holanda no sobrevivira a ellos. Estos dias, observando las calles, las estaciones, los tranvias y los colectivos, me percate de una cosa. Primero y principal, no hay perros callejeros, para empezar. Segundo, por mas que algunas casas aca tengan un pequeño jardin, los perros viven adentro. Y nunca, pero nunca, eh, ensucian la casa ni dejan olor. Expliquenme eso. Otra curiosidad de las mascotas holandesas es que no ladran ni se pelean entre si. Por eso aca esta permitido subir con el perro a los medios de transporte. No se puede subir con comida, pero si con tu perro. El dueño paga su boleto y van los dos juntitos a sentarse, ahi en medio de toda la gente, y el perro se sienta tranquilito al lado hasta que se tengan que bajar. Ignora al resto de la gente, no olfatea ni juguetea, ni nada de eso. En la estacion de Utrecht, por donde paso todos los dias, hay un tipo que es homeless. Es de esos viejos barbudos que siempre anda sentado ahi en el mismo lugar, a veces toca algun instrumento y pasa la gorra. Y tiene un perro. Y uno piensa: ese no puede estar domesticado. Digamos que no tiene ni casa y a este linyera no me lo veo enseñandole: "sit!" ni ninguna de esas cosas. La cosa es que hasta este perro, que esta sentado en la estacion con millones de personas apuradas que se le cruzan y lo pisan y lo patean sin querer, se queda tranquilito ahi, bajo su frazadita, mirando la gente pasar sin emitir sonido.

Mi conclusion es que los perros aca, son simplemente muy holandeses.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La Nación

Cuando apenas me vine extrañaba hacer la claringrilla. Era una de esas cosas cotidianas, de sentarme en la mesa de de la cocina, con el diario ya todo desarmado y leido por los demas, hacerme un cafecito y tomarme mi tiempo para resolverla. Me parecia lo suficientemente dificil como para seguir entreteniendome, pero tambien lo suficientemente facil como para sacarla el 75% de las veces, o sea, para ponerme contenta a menudo, pero no siempre. La formula perfecta para un juego adictivo. Por eso, cuando me fui del pais, me puse feliz cuando descubri que el clarin digital tambien tenia claringrilla. Lo malo de la claringrilla digital es que a mitad de camino podes ir chequeando si las palabras que descubriste son correctas o no con solo apretar un boton. Y con solo apretar otro ya te salen las respuestas. No hay que esperar al dia siguiente para confirmar que te salio bien o para saber cual era esa maldita palabra que me hizo romper el coco pero no la saque. En otras palabras: el claringrilla perdio su gracia para mi. Eso si, durante esos años en los que segui haciendola desde Holanda, iba siguiendo las noticias del diario, asi, como efecto secundario. Cuando mi castellano fue empeorando y, por ende, me la pasaba "pispeando" las respuestas y apretando el boton, la claringrilla perdio su gracia y eso significo que tambien deje de seguir las noticias argentinas a diario.

Ahora, casi diez años mas tarde, abro casi todos los dias otro diario, pero por otros motivos. El blog de mi amigo Diego de la Fuente, que un dia se hizo grande y empezo a salir en Critica, me llevo a leer todos los dias los titulares de Criticadigital. A Diego le soy fiel, pero encima ahora me engancho "La peleadora", con la que, dicho sea de paso, me siento muy identificada, asi que paso varias veces por dia por este diario y asi, de reojo, leo las noticias. Y que me di cuenta? Que la mayoria de las noticias de alla ya no las entiendo! Y lo mas comico es que me alegro, me pone bien. Me encanta no saber quien es Cobos, o como sea que se llame. Me da gracia que la primera vez que lei "los K" pense que hablaban de algun club de la B. Me shockeo cuando hablan de algun robo a mano armada y me desconcierta cuando veo mas de la mitad de los titulares dedicados al futbol. Me indigno cuando lo muestran a Chavez como un amigo y me exaspero cuando se sigue discutiendo algun caso impune de hace años, como lo de Cromañon, o la A.M.I.A. o ya no se cual. En mi epoca era "No se olviden de Cabezas". Y ese ya quedo en el olvido, y no porque se haya resuelto. Por ahi soy una ignorante, una despatriada, que deje de seguir la politica de mi pais y miro las noticias con un ojo tan lejano. Pero bueno, me di cuenta que esa ya no es mi realidad. Me llega, me toca, despierta algo en mi cuando lo leo, por supuesto. Pero me es ajena, y, de alguna manera, eso esta bueno.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Lo que el viento se llevó (a Holanda)

Una de las cosas que me doy cuenta que me pasan por haberme ido del país, es que me desactualizo mucho con el idioma. Cuando hablo con gente de allá se me birlan una cantidad de frases ochentosas (atención al uso de la palabra "birla"), o sacadas de programas que hicieron furor en ese momento, que delatan mi edad y sobretodo mi falta de "agiornamiento". Algunas quizás se sigan usando, pero no me cabe duda que el que las usa es algun treintañero empedernido que se niega a crecer. Acá van un par de estas frases que utilizo yo muy a menudo:

-Esta remera es muy "chota"

-Ay! Me "copa" ese programa !

-Yo "chapé" con ese chico.

-Pero ojo, mirá que sólo "transamos"...

-Vos, fumá.

-Y esa mina qué pito toca?

-No seas tan "chabona"...

-GraciassssTotales!

-Esa historia YA FUE!

-Yo no lo llamo "ni ahi"!

-Te acompaño "de acá hasta la China".

-Adiaanchi!

-Este vestidito es "ni fu ni fa".

Bueno, ahora no me salen más. Lo peor es que mi marido holandés aprende español de mi, asi que además de usar estas frases anticuadas, habla como minita....